domingo, 4 de agosto de 2019

Amantes de mis cuentos: El encuentro

Paseo del Espolón (Burgos)


Tras la jornada laboral entró corriendo en el supermercado y buscó en el bolsillo del abrigo la lista de cosas que tenía que comprar. Se detuvo un momento para tomar aire frente a las estanterías. Menos mal que era alta y no necesitaba pedir ayuda para alcanzar las latas de sardina en aceite.
En su niñez, nadie hubiese apostado por su estatura. Más canija imposible, pero su madre no le dejaba de dar yema de huevo con vino moscatel y al parecer se extralimitó.
Regresó a casa. Encontró una carta en el buzón y suspiró al leerla. Había escrito que estaba bien, con mucho trabajo y deseando volver.
Se puso a planchar unas piezas de ropa. Los trabajos domésticos restan romanticismo, pensó. Fuera caía la nieve. Colgó un pantalón en su percha. ¿Por dónde andará? Miró a su alrededor y comprobó que la estufa estaba encendida. La tarde iba cayendo cuando fue en busca de su jersey. Se lo acercó a la cara y sintió su olor, ese olor inevitable de él que invadía la casa. La lana le hizo cosquillas.
Hoy, que preferiría estar sola, apareció Martina, para acompañarla al hospital donde estaba ingresado su padre, si no, de qué iba a estar ella aquí. Se acercó a la ventana y vio huellas en la nieve que no eran las suyas.
‒Será mejor dar luz a este invierno sombrío ‒comentó Martina que se había puesto a leer una revista al notar el poco caso que le estaba haciendo.
No respondió.
‒¡Anda, ponte el abrigo! Vámonos al hospital. Aquí, me marchito.  
Yendo por El Espolón, la vista desde los cuatro reyes hacia el teatro principal, la anima. La de veces que lo ha recorrido a su lado.
Alguien se acerca a paso rápido, con una maleta.
‒Me largo, no quiero ser un estorbo ‒afirmó riendo Martina.
Es él. Y tras el fuerte abrazo le oyó susurrar al oído:
‒No soporto estar lejos de ti. Auf Wiedersehen Deutschland. Me vengo a Burgos.
No le salen las palabras. Es tanta la emoción que lo que le viene a la mente es que lleva tacones, en cuanto lleguen a casa se pondrá zapatos planos.

© Marieta Alonso Más

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