domingo, 2 de marzo de 2014

Muchas gracias al Boletín Aula Mayor






Un billón de gracias. No encuentro otra palabra que defina más y mejor la emoción que siento. 

El que mi publicación haya sido seleccionada como Libro recomendado me llega al corazón por muchas razones: por lo inesperado, porque se nota que han gustado mis cuentos, por la generosidad al recomendar este mi primer libro en su Boletín, por ese amor que sentimos hacia esta lengua que compartimos, el español, en sus distintas vertientes.

Como se puede leer en el logotipo, Aula Mayor, es un Boletín que editan alumnos de la Universidad Complutense de Madrid. La Redacción la componen: Alicia Sanz, Marisa Caballero (amiga y colaboradora de este Blog), Francisco Carmona, Francisco Navarro y Pedro Miguel Ortega (autor de la reseña). 

Para quienes deseen ver y leer este Boletín ir a : http://es.scribd.com/doc/209608343/AULA-MAYOR-Marzo-2014-Numero-11

De nuevo, 


MUCHAS GRACIAS



Libro recomendado


Agradecemos el detalle de su autora, Marieta
Alonso Más, por la dedicatoria con que nos
ha hecho llegar este atractivo ejemplar para
quienes somos amantes de una lengua universal
como es la nuestra.

La obra es cómoda de leer, y clásica dentro
de las publicaciones en tamaño bolsillo. Son
casi 80 páginas, con el gusto de editarse en
varios apartados o secciones: Deslices, inocencia,
entelequias, locura de amor y barbaries;
unos treinta relatos breves que harán las
delicias del lector.

Su autora cuenta una edad similar a muchos
de nosotros, en la Universidad para Mayores;
nacida en Cuba en 1949, es hija de dos culturas,
vive en España desde los años setenta,
habiéndose licenciado –precisamente- en
nuestra Facultad de Geografía e Historia,
aquí en la Complutense, en la especialidad
de antropología americana.

El relato que origina el título de esta obra, se
incluye entre los “ deslices” que nos relata su
protagonista; expone que no le gusta andar
entre “ dimes y diretes” , siempre se ve envuelta
en algún “runrún” , pues cuando comienza a
hablar ya lo sabe hasta el “pipisiyago” ; es
“ cagaíta” a su madre, quien siempre estaba
en el “ tibiri-tabara” , pues tenía una vecina que
era retama de “ guayacol” casi le forma un
“ titingó” ; a lo cual, nada como dejarse de
“ cancaneos” , y no es que se levante siempre
con el “moño virado” , pero ella es así.

Con este breve apunte, seguro el buen lector
disfrutará con esos giros lingüísticos enraizados
en el lenguaje heredado de una época
colonial. 

Felicidades y enhorabuena a la autora,
más la gratitud de esta Redacción.

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