Julio César en el año 47 a.C. creó el calendario juliano. Los romanos dedicaron el 1 de enero a Jano, el dios de las entradas y los comienzos. Ese dios que tenía dos caras, una que miraba hacia adelante y una que miraba hacia atrás.
El papa Gregorio XIII en 1582 con algunas modificaciones lo aceptó. La tradición judeocristiana nos indica que el 1 de enero coincide con la circuncisión de Cristo, al octavo día de su nacimiento, cuando recibe el nombre de Jesús, según el Evangelio de Lucas.
La Nochevieja recibe con alegría desbordante el Nuevo Año.
A medianoche en España se acostumbra a tomar doce uvas al compás de las doce campanas. Se cree que ello tiene sus orígenes en Elche, en 1909, año en que unos viticultores de la comarca alicantina del Bajo Vinalopó la iniciaron para dar salida a un excedente de cosecha.
Otra costumbre muy extendida es brindar con champán. Antes de la medianoche se ha disfrutado de una buena cena con familia y amigos.
Debido a la rotación de la tierra y a los husos horarios el primer lugar que recibe el nuevo año es Kiribati, en las islas Carolina y Kiritimati, mientras que la isla de Alofi, la isla Baker, la isla Howland, Samoa Americana son los últimos lugares en terminar el año saliente.
Feliz Año Nuevo
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