Una tarde estupenda.
Una charla muy amena.
Un coloquio que destilaba curiosidad, alegría y amor.
Cuarenta y tantos amantes de los libros escucharon con atención, se rieron con mis cuentos y aprendieron ¡hablar cubano!
Siento que me embarga una sensación maravillosa.
Muchas gracias a todos.
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