lunes, 6 de enero de 2025

Amantes de mis cuentos: Los Reyes Magos sí existen

 




 

«Los reyes magos son los papás» así me dijeron una vez en la escuela cuando era pequeña.

¡Eso es mentira!, contesté. Y hoy a mis setenta y cinco años sigo pensando lo mismo.

Me emociono al ver a los tres Reyes Magos en la televisión, la Cabalgata me hace feliz, pero también amo a tantos Reyes Magos por las calles, con bolsas, con ilusiones. Reyes Magos que han ahorrado céntimo a céntimo durante muchos meses para ver la magia en la cara de sus niños, y se sienten Magos por llevar ilusión y alegría a sus caras.

¡Los reyes magos sí existen! ¡Yo los he visto!

En la parada del autobús, caminando por las aceras, cruzando un paso de cebra con bicicletas que no podían con ella, con muñecas enormes, con pelotas de colores…

Los he visto en la cara de muchos niños y también en la de jóvenes y mayores que no han perdido la ilusión, cenando rápido para irse a la cama, poniendo agua para los camellos y arroz con leche para los Reyes Magos. Y se lo bebieron y comieron todo.

He visto a los Reyes Magos en aquella viuda que solita sacó a sus cuatro hijos adelante y nunca faltaron en el árbol unas bolsitas de caramelos; en aquel abuelo que estuvo trabajando día y noche arreglando una bicicleta que encontró en un contenedor, le cambió la cadena, la lijó, la pintó de rojo y le puso manubrios nuevos para su nieto que era lo único que le había pedido a los Reyes Magos; en aquel padre que desde septiembre dejó de ir al bar para poder comprar a su hijo lo que llevaba meses pidiendo y que cada vez que pasaba por aquel escaparate pegaba la nariz y decía: Te quiero, spiderman.

Y mi corazón salta en mi pecho pensando qué me traerán este año los Reyes Magos. Y a las cuatro de la mañana me despierto, me levanto y me acerco al salón para comprobar que allí está mi regalo. No podía ser de otra manera. Lo había envuelto y puesto a los pies de mi Belén, el de toda la vida.

 


© Marieta Alonso Más


Feliz día de los Reyes Magos

 




 

Queridos Reyes Magos:


Sé que os pido muchas cosas, pero sois Magos. 


Por favor, por favor, por favor... 


Iluminen la vida a todos aquellos que lean este Blog y a los que no, también. 

Para que nunca les falte:


Salud

Amor

Sabiduría

Prosperidad

Generosidad

Felicidad

domingo, 5 de enero de 2025

Amantes de mis cuentos: Lograr un sueño

 



Antonio, el que fuera albañil de mi pueblo, con el tiempo pasó a ser el artista más apreciado. Todo lo que se le ocurría lo ejecutaba a la perfección. Trabajo no le faltaba.

Desde hacía unos cuantos años, bien temprano en la mañana, iba a la azotea de su casa. Se sabía que estaba allí por el eco de sus pisadas y por el ruido de las herramientas. Con manos temblorosas miraba el papel arrugado y volvía a ponerlo en el bolsillo. Los niños le saludaban desde la acera de enfrente, pero no los oía, se había vuelto medio sordo desde que se le rompieron las gafas.

¿Para qué tanto esfuerzo? Aquella pregunta fue tan repentina que se dejó llevar por los recuerdos.

Desde niño soñaba con ese período de la historia, con esas siete colinas, con el río Tíber… Nada, eso era hablar por hablar. Lo que en verdad le gustaba era su fotografía. La primera y única vez que salió de viaje fue a Italia, en un trayecto en el que cada noche dormía en una ciudad diferente, diez días, diez ciudades. Pero en una de ellas le llevaron a una domus y vio ese mosaico al que hizo una foto. Ya no hubo ni iglesia, ni basílica, ni foro, ni arco, ni circo que llamara su atención. En aquel instante supo que debía reproducirlo. Tallar las teselas le llevó bastante tiempo. Cuando las tuvo, las dispuso como un puzle dependiendo del tamaño y el dibujo. Ya solo le quedaba un esquinazo para terminar.

Pasaría a la posteridad. Tremenda sorpresa se iban a llevar sus vecinos cuando encontraran aquella maravilla el día que Dios quisiera llevarle a su vera.

Y si…, ¿pidiera permiso a san Pedro? Disfrutaría mucho viéndoles las caras.

 

© Marieta Alonso Más

miércoles, 1 de enero de 2025

Bienvenido 2025

 

 

Hoy comienza un Nuevo Año

 

el Blog «¿Habla usted cubano?» 

 

desea que el Año Nuevo os regale momentos que valgan la pena recordar. 

Y que siempre os encuentre:

 más fuerte, 

más sabio, 

más amoroso.

 

Abrazad el futuro

desde Madrid con amor

martes, 31 de diciembre de 2024

Adiós 2024

 



Hoy por ser el último día del año

 

el Blog «¿Habla usted cubano?»

 

desea que las experiencias vividas en 2024 os impulsen hacia un Año Nuevo lleno de alegrías, paz, amor…


Sed felices



domingo, 29 de diciembre de 2024

Amantes de mis cuentos: ¿Seré falso?

  



 

Me dicen que soy una buena persona. Es lo que aparento ser. Y como soy tan callado pues dejo que piensen lo que quieran. Pero a mí mismo no me puedo engañar. Mis pensamientos me traicionan. A veces me pregunto si soy normal.

Ayer, sin ir más lejos, iba tan tranquilo dando mi paseo mañanero cuando vino un tipo y me empujó. Como un acto reflejo le puse una zancadilla y cayó al suelo.

Nunca he hecho leña de un árbol caído, por lo que le di la mano y le ayudé a levantarse mientras pensaba: «¡Desgraciado, te mereces un buen escupitajo!». Sonreí. Seguí pensando: «¡Capullo!»

En cambio, me oí preguntando: ¿te has hecho daño? ¿te llevo al hospital?

El otro no paraba de darme las gracias y se alejó echándole la culpa al Ayuntamiento por lo mal puestas que estaban las losetas de la acera.

 

 © Marieta Alonso Más

miércoles, 25 de diciembre de 2024

Noche de paz, noche de amor

 


Cada 25 de diciembre el mundo entero canta un villancico que nació en una aldea de Austria, cerca de Salzburgo, llamada Oberndorf, allá por 1818.

Aquel día, en la iglesia de san Nicolás no había mucha alegría, que digamos.  El órgano no funcionaba por mucho que se presionaran los pedales. El padre Joseph Mohr estaba desesperado. Los villancicos hasta ese momento conocidos no iban bien con la guitarra que era lo que tenía a mano. Así que decidió componer uno. Ya dispuesto con una hoja de papel en blanco y una pluma de ave, su pensamiento voló a aquel humilde nacimiento, ocurrido hace 2023 años. Y escribió estos versos sencillos, como un poema infantil, y relató el milagro de la Navidad.

Pero le faltaba la música y recurrió a un buen amigo y buen compositor, Franz Xaver Gruber que era maestro en la vecina aldea de Arnsdorf. Al leer los versos del padre Mohr, Gruber comenzó a trabajar. Utilizando tres acordes básicos, el maestro entretejió una melodía sencilla y evocadora. No disponían de tiempo para ensayar y acordaron que el sacerdote tocaría la guitarra y cantaría la canción, mientras el maestro lo acompañaría con su voz de bajo. Al final de cada estrofa el coro se les uniría para entonar el estribillo.

A medianoche el sacerdote con la guitarra en las manos, explicó la avería del órgano, los tranquilizó, que no se preocuparan, que tendrían música y canción. Aquel villancico creado para resolver una dificultad bien pudo quedarse en el olvido, sin embargo, en 1824 o 1825 el órgano volvió a dar problemas. La parroquia contrató a un célebre constructor de órganos, llamado Carl Mauracher, para que lo arreglara. El viejo organista encontró la canción de Mohr y Gruber, le cautivó y la dio a conocer.

A partir de ese momento la letra y la música se difundieron con rapidez por todo el mundo. Hoy se canta en muchas lenguas: desde el alemán hasta el japonés, desde el afrikáans hasta el suahili, desde el español hasta el ruso.

Durante la tregua de Navidad de 1914, los soldados alemanes en las trincheras del frente occidental lo comenzaron a cantar y a sus voces se unieron las de los soldados británicos situados al otro lado de la tierra de nadie. En un campo de concentración siberiano los prisioneros alemanes, austriacos y húngaros entonaron esta melodía aquel mismo año.

Es la magia de esta canción.

Existen numerosas versiones y fue declarada Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad en el año 2011.

Los historiadores coinciden en que el texto de la canción expresa un profundo anhelo de paz, esperanza y consuelo.

Cantemos:

 

Noche de paz, noche de amor,

todo duerme en derredor

entre los astros que esparcen su luz

brilla anunciando al niñito Jesús.

 

Brilla la estrella de paz.

Brilla la estrella de paz.

 

Noche de paz, noche de amor,

Jesús nace en un portal,

llene la tierra la paz del Señor,

llene las almas la gracia de Dios.

 

Porque nació el Redentor.

Porque nació el Redendor.

 

Noche de paz, noche de amor.

Todo canta en derredor

clara se escucha la voz celestial

llamando al hombre al pobre portal.

 

Dios nos ofrece su amor.

Dios nos ofrece su amor.