domingo, 24 de julio de 2016

Amantes de mis cuentos: Quimeras


Anciano. Ulpiano Checa 


La calle es mía, al menos durante unas horas. Es allí donde se cumplen todos mis sueños. Más rápido de lo que tardo en decirlo llego de la escuela, hago mis deberes, tomo una onza de chocolate con un currusco de pan y me reúno con mis amigos para correr detrás de un balón, saltar a la comba, jugar al tejo. En nuestro callejón nunca he visto un coche.

La algarabía de tantos niños hace que una de las madres surja de una ventana para hacernos callar. Pregunta dónde se ha ido fulanito. Todas las madres cuidan de la chiquillería desde detrás de los visillos, más tarde la que se asoma al alféizar es la mía, me grita que suba a casa, la cena está preparada.

Sudando y con algún roto en la ropa, nos vamos despidiendo hasta el día siguiente.


Me crujen los huesos, debe de ser el ejercicio. Me levanto del banco con la ayuda del bastón. Es hora de regresar a casa.




© Marieta Alonso Más

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