martes, 3 de noviembre de 2015

Amantes de mis cuentos: El ratoncito Pérez

Placa conmemorativa
El padre Luis Coloma situó la vivienda del Ratoncito Pérez
en la calle Arenal, nº 8 de Madrid 

Mi hija se casó en contra de mi voluntad con un borrico de hombre. Se encaprichó. Ya se sabe… pudo aspirar algo mejor pero así es la juventud.

Lo bueno que he sacado de ese matrimonio, es un nieto que es lo más inteligente, lo más guapo, lo más cariñoso del mundo. Mi mujer que es una aguafiestas me dice que es como cualquier niño. ¡Qué sabrá ella!

Ayer sin ir más lejos se dejó debajo de la almohada un diente que se le cayó y el Ratoncito Pérez le dejó dos monedas. Estaba contento y feliz pero tuvo que venir su padre y lo único que se le ocurrió fue echar el dinero en la hucha. El niño al ver lo que había pasado no cesaba de llorar y el otro le dio una nalgada y le dijo: Ahora sí tienes motivos para llorar.


 
El niño se refugió en mi regazo y cuando mi yerno se marchó le dije: No te preocupes abrimos la hucha y los sacamos. El niño con toda la razón del mundo me contestó entre sollozos ¿Y cómo vamos a saber cuáles son las que me trajo el Ratoncito Pérez? 


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